sábado, 3 de enero de 2009

Garganta Profunda: por un periodismo que gire 180 grados


MH en su afán de contribuir con la profesionalización de los periodistas -más allá de la técnica de redacción, ortografía, gramática y sintaxis- inaugura hoy “La Columna de Garganta Profunda”, un incógnito y agudo comunicador que aún siente el embate del recorte de personal en un prestigioso matutino salvadoreño.
Garganta Profunda, quien nada tiene que ver con el presidente Richard Nixon, ofrece aguerridas críticas a sus colegas de oficio, en especial a aquellas “estrellas” que muy bien conoce.
Advertencia: Los conceptos vertidos no son necesariamente compartidos por la línea editorial de MH.


Medios masivos, estrellitas y duendes de afinadas plumas

Dicen que soy un resentido, a mí me resiente pensar que ellos no resienten, digamos a manera de ejemplo: que la mayoría de los que deciden en los medios de comunicación salvadoreños sean extranjeros, endosados con una “dudable” reputación en sus países.
Así, con otro ejemplo, es irreductible señalar que los líderes de opinión que más espacios tienen en las columnas sean resentidos europeos, o sureños economistas que fácilmente obtienen patrocinios para fundar medios electrónicos gracias a su plumaje tricolor, disfrazado con la esperanzadora bandera de la imparcialidad.
Las “estrellitas y duendes” de los medios de comunicación son en sí mismos más de lo mismo: Poca formación en nuestras decadentes “facultades de comunicación” –las cuales no existen bajo esa figura-, total ausencia de sentido crítico, constantes errores en la técnica, caras que pretenden ser bonitas y se escudan en el sometimiento a las líneas editoriales que defienden a nervio y pulso los intereses de los históricos gobernantes.
El periodismo en El Salvador es decadente, de eso no hay duda, por mucho que los paladines de la verdad absoluta (sería bueno un debate filosófico sobre lo que implica el término), defiendan sus informaciones, como recurrentemente lo hace la progenie de políticos socialdemócratas.
A mí también “me gusta cuando callas” y dejas de pretender que la bohemia crítica filosófica y letrada redimirá al pueblo que se consagró al “Divino Salvador del Mundo”, pero a quien que nadie lo salva.
Y me provoca inestabilidad emocional cuando se fundan –o se reforman- noticieros televisivos con formatos “izquierdosos”, como quien no quiere contraponerse al monopolio, pero falta a la norma ética de no apelar a las sensaciones para magnificar la información.
Al muy estilo Noticias Cuatro Visión se ocupan periodistas de renombre internacional –que a pulso del sensacionalismo construyen sus relatos y muy frecuentemente confunden la información- para renovar canales a los que sólo les falta “que la gente nos vea”.
Pero me colapsa el pensamiento, cuando medios de comunicación, que han fracasado en su cruzada editorial y que consideran tener la verdad absoluta, hacen recortes de personal ante la mirada atónita del gremio, que, pese a sus males, se siente vulnerable.
Más aún se engangrenan mis neuronas, cuando la Más Grande Asociación de periodista, que a mediados de año renovó su directorio, se mantiene tibia ante las atrocidades que los medios empresas cometen.
Pero que esperar, cuando el programa radial de su presidente es financiado por el mismo medio…
La publicidad gubernamental, principalmente, colapsa los intereses ciudadanos que deberían defender los comunicadores, allí la necesidad de la colegiación.
Infructuosos han sido los intentos por rescatar la poca dignidad que le queda al periodismo en El Salvador, principalmente cuando las movidas han sido de grupos que no tienen el respaldo de la mayoría, en un sector cada día mas dividido por los aires celestiales que le infunden sus puestos en las redacciones de los monopólicos medios escritos y televisivos.
El gremio aún, pese a titularse en las universidades, no se ha dado cuenta que cada miembro es una pieza del engranaje de una maquinaria sofisticada y abrumadora, en la que todos somos sustituibles.
Una plaza en una redacción es esperada por decenas de nuevos comunicadores, que año con año paren nuestras “Facultades de Comunicación”, que buscan una oportunidad, cada vez más cerrada, y se conforman con bajos salarios, mal trato de editores y las propias amarras que imponen las líneas editoriales cada día más criticadas por su total inclinación a una clase gobernante, incapaz de despedirse del poder.
Son recurrentes las informaciones poco éticas, magnificadas y especulativas, pero las mismas día a día hacen que más lectores se decanten por el poderoso juicio mental y acepten con tímidos murmullos la total aberración hipócrita de la consagrada prensa, esa que se siente el cuarto poder, pero que al igual que los tres restantes es corrupta y antidemocrática.
Aunque los murmullos sean tímidos, tanto va el cántaro al río que termina quebrándose… No está lejano en el horizonte el día cuando la misma sociedad exija una reconversión de los “duendes mágicos” que a diario hacen con las noticias una reconstrucción poco auténtica de la realidad del pequeño país consagrado a la protección de un esperado “Salvador”.

*** Crónicas de Garganta Profunda, en los turbulentos mares de la vida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

contame una de vaqueros...

Anónimo dijo...

Te ardío el relato???
JAJAJAJAJA... Ay periodistas